DÍA 5: AMAR

¡Qué bonito juego el que realizan nuestras miradas! Ilusas nuestras mentes si piensan que podrán controlarlas. ¡Y qué jodidas estarán nuestras vidas si dejamos que así lo hagan!

Durante muchos años fui toda coraza. Albergaba mucho amor que dar y recibir, pero mi mala relación con el amor propio bloqueaba la puerta de acceso.

Amor propio, menudo palabro... Aunque de ese tema ya hablaremos otro día. Hoy me gustaría reflexionar sobre la importancia de dejarnos sentir, y fluir que diría mi psicóloga.

Para ello, necesito empezar recordándome que el “Fueron felices y comieron perdices” no incluía necesariamente el que los protagonistas lo hicieran juntos y eternamente. Pero no creo que eso sea motivo suficiente para alejarnos del amor y condenarlo.

En este proceso de reconstrucción que me hallo, una de las grandes lecciones que he aprendido es que las relaciones con los demás no tienen por qué ser para siempre y, sobre todo, que eso no las convierte en negativas. Hay quien entra en tu vida y te aporta mucho, pero la evolución de las personas, a veces, hace que cada uno lo haga en sentidos distintos. Lo importante, es no dejar que la separación inunde tu recuerdo de negatividad. ¿Has sido feliz con esa persona? Pues no hay más que hablar, ha merecido la pena.

Amores no correspondidos, desengaños amorosos… Todo es convertible en aprendizaje para que el respeto y amor que tienes hacia tu persona sea enfocado de formas distintas. Sin embargo, esa ilusión y adrenalina, esa felicidad y esas sonrisas repentinas, esos objetivos que has logrado conseguir mientras estabas tan motivada, eso también es amor.

Y sí, ámate siempre antes a ti misma, pero recuerda que amarte también consiste en dejarte amar y ser amada.

06-03-2019

R.G.M.